“Sicario” es el nombre que le habían puesto hace mucho tiempo… y lamentablemente su historia es una de las más tristes del refugio. Llegó hace unos 10 años y, al no poder convivir con otros peludos, ha vivido atado desde entonces. Toda una vida sin conocer lo que es la verdadera libertad.
Nosotras soñamos con verlo en un canil, pero cada vez que se libera un espacio, ingresan más perros al refugio.
Con nosotras es un perro súper cariñoso, solo necesita una oportunidad… un hogar tranquilo, sin otros animales, donde pueda pasar su último tiempo libre y rodeado de cariño.
¿Le damos juntos la posibilidad de conocer la libertad y el amor antes de que sea tarde?















