Ramona llegó al refugio a fines de enero, muy flaquita y necesitando mucho cuidado. Al principio compartía canil y, con el tiempo, se fue adaptando a convivir con otros peludos que también están sueltos en el refugio.
Es una perra de tamaño grande, pero súper amorosa. Tranquila, le gusta descansar al sol y tomar sus siestas, disfrutando los pequeños momentos de calma que puede tener en el refugio.
Anécdota: cuando llegó, ¡pensábamos que era macho!
Ramona espera una familia que le dé el amor y la estabilidad que tanto merece.
¿Querés conocerla?
Completá el formulario de adopción y vení a conocer a esta gigante tierna que solo busca un lugar seguro y lleno de cariño.
